Pensando en la minuciosa caligrafía con la que las almas de este mundo

arañamos las paredes que nos vieron nacer

o los troncos junto a los que caeremos o los desiertos o los mares llenos,

o no tanto,

o quién sabe qué cumbres y en fin, todos esos sitios del mundo, 

que son muchísimos y que son, también, dicen,

todos diferentes —y puede ser verdad aunque yo no me lo crea—,

después de pensar en los arañazos del alma, digo, 

me han entrado ganas de escribir un libro con el que arañar yo también un poco de aire 

—un gesto simiesco de imitación si se quiere y que yo prefiero considerar como mío y de nadie más porque la especie ya me ha robado demasiado—,

renunciando quizá con ello a tantas otras cosas,

un bocadillo de jamón, por ejemplo —no su proteína sino su placer,

a esto me refería con lo de la especie: quítale al jamón su proteína y qué te queda

sino un poema —al que he ido a parar, 

este,

con el que al parecer no estoy adelantando nada y por el que,

cuando ciertas personas supieron de su existencia, se me dijo

qué y cómo y otras cosas que eran preguntas que no admitían respuesta

por ser demasiado precisas —pero si me tiras de la lengua te contaré que una novia me dijo que yo tenía que amarla y no escribir

y un amigo que muy bien pero que aún le debía 25 euros y que le hacían falta ahora

y un padre mira hijo

e incluso un banquero me preguntó si por ventura le hablaba yo en cristiano,

culpa mía, claro, quién te manda preguntarle nada a un banquero

—y total

y por no salirme por la tangente, 

ya digo,

di con este poema —por aquello de lo del aire decía,

porque ahí fuera y ahora despeina

pero no como una amante satisfecha o una madre cariñosa o un policía cabreado

sino soplando como si nada, es decir, como nada más, esto es,

sin amor y sin cólera, ni cariño ni deseo, sin prisas ni calma, esto es,

como nada

salvo eso 

el aire—

poema el cual, digo que decía, y esto os lo juro sobre mi tumba futura,

porque con él no he adelantado nada,

he intentado por todos los medios que al menos

fuera

corto.